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Llego el día de embarcar y ella no acudió, el pensó en no irse, y fue corriendo a casa de la chica, al llegar, oyó decir a unas aldeanas que la chica se iba a casar con un importante hombre de negocios al día siguiente, ya que sus padres así lo dispusieron.
El se volvió al barco y tomo el camino hacia nuevos rumbos. Al cabo de un día de travesía no tenia ganas de vivir y decidió suicidarse tirándose al mar, se paso el segundo día pensando en hacerlo y cuando y como, ya que siempre estaba acompañado de marineros como el y no podía hacerlo en presencia de nadie. El tercer día ya sabia cuando lo iba a ejecutar, después del desayuno había media hora en la que el se quedaba solo en cubierta y entonces era el momento de poderlo hacer. Estaba ya preparado y con la firme decisión de hacerlo…cuando de pronto oyó unas voces que venían de la bodega, al oír tal alboroto de momento desistió por si le descubrían. Vio como sacaban a un polizón de la bodega, llevaba tres días allí metido y le descubrieron cuando se movía entre unos sacos. Le quitaron los sacos que le cubrían y la sorpresa fue mayúscula, era la chica, la mujer de la que el estaba enamorado. Ella contó que su padre la obligaba a casarse con un hombre que no conocía y ella no pudo, no pudo obedecer, por eso se escapo con el, se metió en el barco y decidió irse donde el fuera.
Así fue, llegaron a América, se casaron, trabajaron los dos para salir adelante, tuvieron una niña y eran una familia unida y feliz, solo les ensombrecía una cosa y esta era…los padres de ella. Como estarían, tanto tiempo sin noticias de su hija, pues ya hacia quince años que se fueron y nunca dieron señales de que estaban vivos y juntos. Ella soñaba con sus padres y lloraba, tanto, que un día el la dijo que volverían a ver a sus padres, que ya había transcurrido mucho tiempo y que no debían temer nada, que seguro que sus padres aceptarían lo inevitable al ver a su nieta tan guapa y jovencita, casi catorce años.
Dicho y hecho, al cabo de unos días compraron los pasajes de los tres y embarcaron rumbo a
Los padres después de creer que su hija era un vegetal para siempre… y ver que por fin era una mujer feliz y enamorada fue tanta la alegría que no hubo mas que alegría para su yerno y nieta, vivando una vejez tan feliz que aun lo recuerdan las gentes de allí.
3 comentarios:
bonita narracion! ¿es tuya?
veo q has pasado por mi blog y dejaste tus comentarios, espero que te alla gustado y que sigamos en contacto, si tienes e_mail me gustaria contactarme contigo.
saludos y voy a seguir leyendo tu blog, parece muy interesante.
Descubro tu blog y me quedo por aquí viéndolo.
Un saludo.
Me conmovio el relato ya que es real en el sentido de la fuerza del amor, de que no nos pidan division porque amamos tanto con tanta capacidad que dejamos de ser egoistas.
Me encanto un abrazo
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